Cómo potenciar el desarrollo de tu equipo con escucha activa.
En un mundo empresarial cada vez más competitivo y dinámico, la clave para potenciar el crecimiento de las organizaciones no reside solo en la estrategia o en los procesos. El saber hacer propio y distintivo de la organización, en el que se apoya el éxito comercial, no es suficiente para atraer además de a los clientes, a talento dispuesto a dar lo mejor de sí mismo. El desarrollo de las personas, de los equipos, se ha convertido como uno de los factores de éxito más importantes de cualquier empresa. Y ese desarrollo tiene dos pilares fundamentales que se reclaman mutuamente: la confianza y la comunicación. Dentro de esta, la escucha activa se erige como un pilar esencial para la cohesión, la confianza y el rendimiento organizacional.
La ya clásica distinción entre escucha activa y pasiva, igual que sucede con la comunicación eficaz, no deja de ser una trampa lingüística para poner el acento en una determinada característica del acto comunicativo. En puridad no cabría distinguir entre escucha activa y pasiva ni entre comunicación eficaz o ineficaz, ya que comunicar es lograr el efecto deseado al expresar algo mediante palabras, gestos, e incluso silencios, del mismo modo que escuchar es la acción de poner intención de entender aquello que se oye. Así pues, escuchar (del latín auscultare) es siempre un acto voluntario, consciente e intencional. La escucha (que para ser tal siempre debe ser activa), no es simplemente oír lo que otro dice; implica comprender, interpretar y responder de manera efectiva.
Según Álvaro González-Alorda en El Talking Manager, las conversaciones tienen el poder de cambiar la dinámica de los equipos y transformar la realidad organizativa. Por su parte, Henry Cloud, en Límites cara a cara, resalta cómo el diálogo abierto y honesto permite establecer límites claros y fortalecer relaciones. Finalmente, Enrique Sacanell, en ¿Cómo se lo digo?, enfatiza la importancia de gestionar conversaciones difíciles con habilidad y empatía.
A partir de estos enfoques, exploremos cómo la escucha activa puede potenciar el desarrollo de los equipos, convirtiéndose en una herramienta clave para el liderazgo efectivo y la gestión del talento.
1. La escucha activa: más que oír, comprender
Uno de los errores más comunes en la comunicación empresarial es confundir la escucha pasiva con la escucha activa, oír con escuchar. La primera implica simplemente recibir información, mientras que la segunda requiere atención plena, empatía y un esfuerzo consciente por comprender el mensaje y su contexto.
Una conversación altamente eficaz no se limita a intercambiar palabras, sino que es un proceso bidireccional en el que ambas partes se sienten escuchadas y comprendidas. En este sentido, la escucha activa se convierte en un medio para fortalecer la confianza y fomentar un ambiente donde los colaboradores se sientan valorados y motivados.
Claves para una escucha activa efectiva
· Atención plena: eliminar distracciones y enfocarse completamente en el interlocutor. Hacer silencio interior (mantener los propios pensamientos y la imaginación bajo control para que no interfieran en la escucha o en la interpretación de lo escuchado), y silencio exterior, (prescindir del teléfono la computadora o cualquier otro elemento distractor).
· Lenguaje no verbal: expresar interés mediante contacto visual, gestos afirmativos y posturas abiertas.
· Parafraseo y validación: confirmar la comprensión repitiendo lo esencial del mensaje recibido.
· Preguntas abiertas: fomentar un diálogo más profundo con preguntas que inviten a la reflexión.
· Control emocional: evitar interrupciones y juicios prematuros.
2. Escucha activa y liderazgo: el efecto en el desarrollo del equipo
La calidad del liderazgo en una organización depende en gran medida de la capacidad del líder para generar confianza y cercanía a través de la comunicación. Henry Cloud señala que una comunicación efectiva se basa en establecer límites claros, expresar expectativas y dar feedback honesto sin generar confrontación destructiva.
Los efectos de la escucha activa sobre el liderazgo:
· Motivar a su equipo: al sentirse escuchados, los colaboradores aumentan su compromiso y productividad.
· Resolver conflictos de manera efectiva: escuchar con empatía ayuda a identificar problemas antes de que escalen.
· Impulsar la innovación: un ambiente donde se valora la voz de cada miembro facilita la generación de ideas y soluciones creativas.
· Mejorar la cultura organizacional: la confianza y el respeto se consolidan cuando hay un liderazgo basado en la escucha y el diálogo.
Un estudio sostiene que “la calidad del liderazgo depende de la calidad de las conversaciones”, lo que refuerza la idea de que la escucha activa no solo mejora la
comunicación, sino que es un motor de cambio y crecimiento dentro de las organizaciones.
3. Conversaciones difíciles y escucha activa
No todas las conversaciones en el ámbito laboral son sencillas. En ¿Cómo se lo digo?, Enrique Sacanell explora la importancia de abordar los diálogos difíciles con preparación, claridad y empatía. Cuando un líder o un compañero debe comunicar algo incómodo o conflictivo, la escucha activa juega un papel clave para evitar reacciones defensivas y fomentar el entendimiento mutuo.
Cómo aplicar la escucha activa en conversaciones difíciles
1. Preparación previa: reflexionar sobre el mensaje y el objetivo de la conversación.
2. Crear un ambiente adecuado: elegir el momento y el lugar idóneo para el diálogo.
3. Mostrar empatía: reconocer las emociones del interlocutor y validar sus preocupaciones.
4. Fomentar la colaboración: enfocar la conversación en la solución en lugar de en el problema.
5. Cierre constructivo: asegurar que ambas partes comprenden los siguientes pasos y se sienten escuchadas.
Según Sacanell, cuando un líder o compañero enfrenta una conversación difícil desde la escucha activa, la probabilidad de llegar a un acuerdo y generar actitudes positivas en la relación aumenta significativamente.
4. La escucha activa como ventaja competitiva
La escucha activa dentro no solo logra mejores resultados en términos de productividad y clima laboral, sino que también permite desarrollar una ventaja competitiva sostenible.
Desde una perspectiva estratégica, la escucha activa permite:
· Anticipar problemas organizacionales antes de que se conviertan en crisis.
· Adaptarse mejor a los cambios del entorno, al comprender mejor las necesidades y expectativas del equipo.
· Fomentar una cultura de aprendizaje continuo, donde cada miembro se siente valorado y motivado a contribuir.
En este sentido, González-Alorda enfatiza que «una conversación puede cambiarlo todo», ya que el simple acto de escuchar con atención puede generar transformaciones significativas tanto en la dinámica del equipo como en el desempeño organizacional.
La escucha activa es mucho más que una técnica de comunicación es una filosofía de liderazgo y gestión del talento que mejora laa activa como valor fundamental logra fortalecerrelaciones, mejorar la toma de decisiones y potenciar el desarrollo profesional y personal de sus miembros.
Potenciar la escucha activa dentro de los equipos no solo es una estrategia efectiva de comunicación, sino una herramienta esencial para construir organizaciones más humanas, colaborativas y exitosas.
Francisco J. González. PhD.
Profesor de Dirección de Personas | Director Académico IDADE